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Teólogo y cardenal de la Iglesia, brillante figura promotor de la renovación precedente el Concilio Vaticano II y ardiente defensor de la línea conciliar.
Nació en Lucerna el 12 de Agosto de 1905. Estudió con los benedictinos de Engelbert y los jesuitas de Feldkirch.
Cursó estudios universitarios en Viena, Berlín y Zurich. Estudió Germanística, (Filosofía y Literatura Germánica) y se doctoró con sus tesis "La historia del problema escatológico en la moderna literatura alemana".
Cultivó intensa amistad con el sociólogo Rudolf Allers y el teólogo Romano Guardini. En 1929 ingresó en la Compañía de Jesús. Estudió Filosofía en Munich y Teología en Lyon. Allí tuvo como compañeros a figuras destacadas: Jean Daniélou, P. Lyonnet y H. De Lubac entre otros. Mantuvo contactos estrechos con Teilhard de Chardin. Fue ordenado sacerdote el 26 de Junio de 1936.
En 1940 trabajó como capellán de estudiantes. Conoció a Adrienne von Speir, laica, médico de profesión, a la que ayudó a convertirse y bautizarse. Los fenómenos místicos de esta mujer impulsaron sus "Comentarios sobre el Evangelio de Juan". En 1949 y fundó con ella el Instituto secular "Johannes Gemeinschaft". Ante la incomprensión de la Compañía por esta institución, se retiró de ella en 1950.
Como consecuencia sufrió fuerte aislamiento en los círculos católicos alemanes. Quedó por ello marginado de los grupos que prepararon el Concilio Vaticano II. Pero fue nombrado en 1969 como Miembro de la Comisión Teológica Internacional por Pablo VI.
En 1984 recibió de Juan Pablo II el premio Pablo VI a su labor teológica. Experto en Patrología, multiplicó sus traducciones y comentarios a los Padres, siendo su campo preferido el de los "capadocios", San Agustín y Sto. Tomás.
Su obra escrita fue enorme. Sólo de los Comentarios que le dictó durante 10 años la mística Adrienne von Speir escribió 60 volúmenes sobre el Evangelio de Juan. Tal ves su obra cumbre sea la Trilogía que tituló: "Estética Teológica (Belleza), TeoDramática (Bien) y Teo- Lógica (Verdad)".
Su cultura asombrosa y su profunda y amplia visión de la Iglesia fueron el motivo de ser designado Cardenal por Juan Pablo II. Pero dos días antes de ir a Roma para recibir el capelo cardenalicio murió inesperadamente en Basilea.
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